‘Por San Blas, la cigüeña verás y, si no la vieres, año de nieves’. Lo que da a entender este refrán es que con la vista de la cigüeña se anuncia el buen tiempo, que el invierno se va despidiendo, las heladas son menores y los días más largos y soleados. Un poco como el Día de la Marmota, pero en versión española.
Pero además es un día para disfrutar de un dulce típico en toda España y que con diferente nombre tiene una receta similar. Son muy conocidas las rosquillas de San Blas en Madrid; los roscos de Puebla de la Cazalla; las rosquillas de palo de Valladolid o las de Lerma.
¿Y por qué son típicos los roscos de San Blas? Cuenta la leyenda que el santo salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavarse una espina de pescado en la garganta y que este sería el origen de bendecir las gargantas y los roscos, en el día de su fiesta cada 3 de febrero, en una tradición que se remonta a la Edad Media.
Así que te proponemos que los hagas en casa, con la receta tradicional, más rápida y fácil para que resulten muy sanos y ricos.
Ingredientes de la receta tradicional de roscos o rosquillas de San Blas
- 5 yemas de huevo
- 1 huevo entero
- 190 g de azúcar
- 190 ml de aceite de girasol Sandusol o aceite de oliva virgen extra Capricho by Sandúa Empeltre
- 1 sobre de levadura en polvo
- Harina 600 g
- Anís en polvo (opcional)
Elaboración de los roscos de San Blas
Como es habitual, precalentamos el horno donde asaremos los roscos.
Comenzamos con la mezcla de ingredientes:
Batimos las yemas con el azúcar y el aceite. La elección del aceite de girasol Sandusol o aceite de oliva virgen extra Capricho by Sandúa Empletre, depende de si te gusta el sabor más intenso del oliva o más suave del girasol.
En cualquier caso, el aceite de oliva que te sugerimos es un monovarietal de aceituna empeltre muy recomendable en panaderías y reposterías por su sabor suave, ligeramente almendrado.
Cuando estén bien integrados el azúcar y el aceite elegido, añadimos la harina que habremos mezclado con la levadura, poco a poco, comprobando cuánta harina admite la masa, y si es necesario puedes echar más.
Amasamos unos minutos y cuando la masa se despegue de las manos, formamos bolitas, e introducimos el dedo, para que se formen los roscos o rosquillas.
Colocamos las roscas sobre un papel de horno en la bandeja y horneamos durante unos 12 minutos. Tienen que tomar color.
Y ahora viene la variación que le quieras dar a tus roscos de San Blas. La cobertura.
La más típica es el glaseado que se elabora batiendo el zumo de un limón con azúcar glass.
Pero también puede ser de chocolate. Tendrás que fundir chocolate negro poco a poco en el microondas, con un chorrito de aceite de oliva Sandúa.
Además, hay coberturas de azúcar de colores que encontrarás en cualquier supermercado y que harán las delicias de los pequeños de la casa.
En la cobertura puedes añadir almendras laminadas o cualquier otro fruto seco picado que os guste a todos, chocolate en fideos, etc.
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