Las conservas de pescado resultan un buen complemento a nuestra dieta, porque en contra del pensamiento más extendido, contienen las mismas vitaminas y minerales del pescado fresco.
A la hora de elegirlas, es importante que nos fijemos en el tipo de ingrediente que se emplea para cubrirlas. Si queremos seguir una dieta saludable, las conservas deberán estar elaboradas con un buen aceite de girasol o de oliva.
De este modo, las conservas nos aportarán los beneficios del aceite, su ácido oleico que, junto al omega3 del pescado, resultan un aliado contra el colesterol y las enfermedades de tipo cardiovascular.
Las conservas en aceite también son ricas en omega6 que ayuda a controlar nuestro sistema inmunológico.
Por su parte el aceite de oliva, por su gran poder antioxidante, resulta indispensable para la conservación y maduración de algunos alimentos, por lo que los alimentos sumergidos en este tipo de grasa, ofrecen su mejor calidad y sabor.