Receta de torrijas y leche frita de la abuela

Receta de torrijas y leche frita de la abuela

Las torrijas son un postre típicamente español, que se consume preferentemente en la época de Cuaresma y Semana Santa. Según la documentación existente, ya hay evidencias de este postre en el siglo XV, y lo recomendaban para las parturientas. Curioso, como poco!  

Su origen parecer situarse en la época de Cuaresma, ya que, al no consumir carne en los hogares por impedimento religioso, había más sobras de pan, por lo que pasó a aprovecharse de esta dulce manera. También, aluden a que por la abstinencia se requería un plato más calórico. 

Sean cuáles sean sus orígenes, lo cierto es que las torrijas de pan y leche constituyen una de esas recetas fáciles y económicas que nos encanta disfrutar. 

Aunque existen muchas recetas de torrijas, con chocolate, vino, etc., te vamos a contar cómo hacer esas torrijas de la receta de la abuela que contiene todos los trucos y consejos para que te salgan perfectas.. También puedes introducir variaciones, según tus gustos. 

Los ingredientes para hacer esta receta fácil y rápida de torrijas de pan son: 

  • Pan de torrijas o pan del día anterior
  • 1/4 de L de leche
  • 2 huevos
  • 1 limón
  • 1 rama de canela
  • Aceite de girasol Sandúa 
  • 1 cucharada de azúcar

Preparados los ingredientes, te detallamos paso a paso esta receta con todos sus trucos y consejos para lograr que te salgan unas torrijas perfectas:

Pan para torrijas

Una de las cuestiones a tener muy en cuenta en esta receta típica de Semana Santa es el pan. Puedes utilizar el del día anterior o comprar pan para torrijas que encontrarás fácilmente en cualquier panadería o supermercado. La forma tradicional de hacer torrijas es con pan del día anterior para que no se rompa cuando lo pongas a remojar en leche.

Aunque hoy en día puedes encontrar unos panes especiales y pan de brioche para torrijas, también muy recomendables porque tienen una miga muy esponjosa. Eso sí, a la hora de elegir el pan para torrijas, hay que fijarse en que tenga una corteza fina y mucha miga, de esta manera el postre quedará más cremoso al absorber mejor la leche y el huevo.

Leche 

Elegido el pan para torrijas que más te guste, toca calentar la leche. Te recomendamos que uses leche entera o cualquier variante vegana que te guste, para que la torrija salga más cremosa. No es muy recomendable sumergir el pan en nata, porque el postre sumará de forma innecesaria muchas calorías nada saludables.

Añade a la leche una corteza de limón o de naranja, lo que tengas en casa, y una rama de canela, puedes sustituirlo por canela en polvo, pero siempre es más natural en palo.

Deja que la leche se cueza suavemente para que vaya cogiendo el sabor del limón y de la canela y después retírala para que se temple. 

Rebozado de las torrijas

A la hora de cortar el pan para torrijas hay que tener en cuenta que no sea muy fino para que no se deshagan. Nuestro consejo es que cada rebanada tenga entre uno o dos dedos de grosor, y así quedarán tiernas y esponjosas. 

También es importante que te asegures de que el pan quede bien empapado en leche. Para ello déjalas reposar un tiempo en una fuente y así te aseguras de que la miga absorba bien el líquido, sobre todo sí has elegido un corte grueso de rebanada. 

Mientras bate los huevos y vete rebozando de una en una cada torrija. 

Aceite para freír torrijas

Si es importante elegir bien el pan para torrijas, el aceite para freirlas no lo es menos. Todo va en los gustos.  

Nuestra recomendación es que utilices aceite de girasol Sandúa. Muy recomendable para freír por su resistencia a las altas temperaturas y además no aporta sabor al alimento. 

Calienta el aceite en una sartén y cuándo esté a punto, lo puedes saber echando previamente una miga de pan y en el momento en que empiece a chisporrotear ya lo tienes, comienzas a freír las torrijas con cuidado y de una en una por los dos lados hasta que queden doradas. 

Ve sacando las torrijas con una espumadera y las colocas en una rejilla o sobre papel de cocina, para que escurran el aceite. 

Toque final para las torrijas 

Una vez fritas y escurridas estas torrijas tradicionales de Semana Santa, colócalas en una bandeja y espolvorea sobre ellas azúcar y canela al gusto, sin pasarse. También hay quien le gusta rociarlas con miel, o bien acompañarlas de chocolate caliente o helado de vainilla. Elige cómo más te guste. 

Y, aunque no sea muy necesario recordarlo porque es poco probable que te sobre alguna, las torrijas se toman al momento, no es un postre casero que aguante bien de un día para otro. Si te has pasado de cantidad, procura que queden a temperatura ambiente cubiertas con film doméstico. Evitar meterlas al frigorífico para que no se impregnen de otros sabores. Aunque eso implica comerlas en poco tiempo, claro.

Receta de leche frita de la abuela 

Completamos esta receta con otra también muy típica de la Semana Santa, la leche frita. Los orígenes de este postre son desconocidos y varias provincias se disputan su autoría. La teoría más seguida es que procede del norte de España y, lo cierto, es que en esta zona constituye un plato muy habitual y consumido. Algo que tiene que ver con la calidad y abundancia de la leche que se produce en este área, donde otro tipo de dulces elaborados con lácteos, son muy característicos.

La receta de leche frita de la abuela es muy fácil y rápida, sin complicaciones. Además, te quedará muy cremosa y la puedes preparar de un día para otro, porque es un postre que se toma frío.

Ingredientes de la receta de Leche Frita.

  • 1L de leche entera (puedes sustituir por una vegana)
  • 120 gr. de azúcar (mejor glass)
  • 120 gr. de harina (maicena)
  • Canela en rama
  • Piel de limón o naranja
  • Aceite de girasol Sandúa
  • Azúcar y canela para espolvorear
  • Harina para rebozar
  • Huevos para rebozar

Elaboración paso a paso de la leche frita

Reserva un vaso de la leche y pon el resto a calentar con la piel del limón o de la naranja, el azúcar y la canela. Que hierva lentamente, para que vaya tomando los sabores.

En el vaso de leche, agrega la maicena y remueve hasta que quede bien disuelta.

Cuando la leche haya hervido, agrega poco a poco la del vaso con la harina y ve removiendo a baja temperatura, para que no queden grumos.

Comprueba que la mezcla vaya espesando y retira del fuego. El punto de espesor depende de tu gusto, pero para que quede bien cremosa, que es lo ideal, ten en cuenta que una vez fría, la leche toma más grosor.

Ahora deja enfriar la masa en una superficie plana, pero que no muy extendida, vigila que tenga unos dos dedos de espesor.  

Una vez fría, corta la masa en cuadrados y empezamos con el rebozado.

Cada cuadrado debe pasar primero por harina y luego por el huevo batido. Después, sumerge cada trozo en el aceite de girasol caliente que habrás colocado en una sartén.

Hemos elegido para esta receta tan tradicional el aceite de girasol Sandúa, porque es uno de los mejores aceites para freír alimentos y además, no deja sabor, por lo que no le restará sabor a la leche frita.  

Una vez fritos, vete depositando los cuadrados sobre papel absorbente, para que suelte la grasa.

Por último, coloca la leche frita sobre una fuente y espolvorea con canela y azúcar glass.

Es un postres que se puede tomar templado o frío, como prefieras. Y el truco final, consiste en acompañar la leche frita con salsa de chocolate o de frutos rojos. Delicioso!

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