Incluso, en los últimos meses, las marcas blancas o de distribuidor también ofertan packs de atún o latas de sardinas con el reclamo del aceite de oliva.
Aunque, según algunos análisis llevados a cabo por asociaciones de consumidores, hasta en cuatro de cada diez latas de conserva el aceite de oliva no se corresponde con la calidad exigida en el etiquetado. En otras ocasiones, el porcentaje de aceite de oliva utilizado en relación a otro tipo de grasas es tan reducido –no llega al 35% del total- que resulta extraño cómo se destaca en su etiquetado. El sector productor del aceite de oliva ha exigido que se aumenten los controles.
Las conservas de pescado y marisco se han convertido en uno de los sectores claves de la agroindustria española, especialmente en algunas comunidades como Galicia, Cantabria o el País Vasco. El sector produce cada año cerca de 350.000 toneladas con una valor de mercado superior a los 1.300 millones de euros. El principal producto es el atún, que concentra el 66% del total de las ventas y el 52% del valor, seguido de las sardinas, caballa, mejillón y anchoa. Hay que tener en cuenta que las conserveras españolas también exportan miles de toneladas de producto cada año y que el aceite de oliva se ha convertido en un producto muy apreciado en numerosos países.
Pero el reclamo del aceite de oliva como estímulo para la venta, por su imagen directamente asociada con la vida saludable, también se extiende a productos de nuestro aseo y cuidado personal, como los geles, cremas hidratantes para cara y cuerpo, jabones, etc.